
Carlos Alcaraz llegaba con la confianza por las nubes después de toda esta primavera de dulce que ha cosechado, pero el estreno en Wimbledon lo baja a la tierra. Más bien, un Fabio Fognini que lo obligó a todo y más para solventar este primer partido en la pista en la que ha triunfado los dos últimos cursos. Es un triunfo en el límite del cansancio y la presión, que es el favorito indiscutible por tenis, por números y por aura, pero el italiano, 38 años, le recuerda que un Grand Slam son dos semanas, siete partidos y ninguno será fácil. Y menos este debut, alargado hasta las cuatro horas y media por empeño de uno y por errores del otro. Y aun así, saca Alcaraz el gen de campeón para solventar la difícil papeleta y dar un primer paso de alivio y deberes ante un magnífico competidor que se despida del tenis este año. Por el nivel de este partido, quizá debería pensárselo.Wimbledon Primera ronda Carlos Alcaraz 7 6 7 2 6 Fabio Fognini 5 7 5 6 1No podía esperar Fognini una mejor forma de ir despidiéndose del tenis en el año de su adiós que en la pista central de Wimbledon y contra el vigente campeón. Pero el italiano no está para despedidas. Está para ofrecer su espectáculo, tan dado a ello, con ese tenis tan personal con el que todo parece fácil, risueño, como si no fuera nada con él. Pero este primer encuentro es casi todo él. Con ese saque casi sin saltar, mantiene firme sus juegos y arremete contra el murciano desde el resto; y es un primer set con cinco bolas de rotura que no convierte pero asusta. No convierte porque Alcaraz tiene en su mano un arma estupenda que ni siquiera es lo mejor de su repertorio, todavía. Es ese saque con el que apaga todos los fuegos encendidos aunque también se le suman muchos errores (cuatro dobles faltas). En el mismo set, la mala noticia, que se alargará durante todo el encuentro: lento en los movimientos, que esta superficie no es nada fácil y demasiados errores, por aceleración, por precipitación, por buscar alternativas, por la tensión acumulada en su cuerpo. La buena, a largo plazo, que ya está en la siguiente ronda; la buena, pero momentánea: un saque estupendo y el despertar cuando tocaba: con 5-5 y una dejada y un globo que lo mete de lleno en el triunfo: después de salvar cinco opciones de ‘break’, logra su rotura a la cuarta opción. 6-5 y saque en blanco. Después de los problemas, soluciones.Despejado el peligro, Alcaraz parece despegar. El saque sigue siendo efectivo aunque no con un gran porcentaje de primeros, y al italiano se le queda corto el suyo. Se han cambiado las tornas y el que se mueve ligero a partir de eso 52 minutos de juego es el murciano. Dejadas, voleas, globos. El tenis que le gusta y engancha al personal. Fognini entra en el espectáculo, que tiene una mano estupenda para el revés paralelo, y para diabluras que encienden al público. Y deja imágenes para el archivo: una contestación con la mano izquierda porque no llega a ponerse de revés, un gritito para intentar asustar a su rival. Es el que protagonizó partidos de los de manos en la cabeza: fue expulsado del US Open 2017 por insultar a una jueza de silla e intentaba siempre entrar en las jugarretas para desequilibrar al oponente con largas esperas entre saque y saque, o cortísimas, o gritos, o llamadas a las gradas.Pero también es el que desequilibró a los grandes, y con esa experiencia y con esa mano, permanece no solo en pie sino con el puño en alto porque sabe cómo engatusar al murciano, demasiado tenso, todo el favoritismo a su favor, demasiado peso. Bajo porcentaje de primeros, una doble falta, sin tiempo para reactivarse con el resto de Fognini y el italiano se reengancha al partido cuando recupera el ‘break’. Toca volver a encontrar soluciones. Que las hay. Que, como en tierra, aquí, por el momento, también todo está en la mano de Alcaraz. Aunque tiemble demasiado en este estreno en Wimbledon.Es dueño de los puntos largos, también de los cortos, que sube a la red para intentar coger aire. Pero hay muchos errores forzados y sin forzar. De ahí que haya que tirar de paciencia y humildad. Hay rostro serio en el murciano y en el banco, y con más trabajo del esperado se llega al ‘tie break’. No se separa del sufrimiento el número 2 del mundo, enfrentado con su primer saque y con un Fognini que juega como si no, como ha hecho siempre, que obliga a sacar mucho más a Alcaraz y que fuerza y fuerza sus errores hasta que desequilibra al murciano. Ha hecho lo más difícil el español, que levanta hasta tres bolas de set, pero suma otro error de bulto para brindarle el segundo set al italiano. Que sigue ahí, que no se ha ido todavía. Con 38 años, son dos horas de encuentro, pero como si se hubiera vuelto a empezar. Todo le sale fácil al italiano; y la tensión de ser quien es parece acogotar al murciano. Lejos de levantarse del peligro, se va enredando más y más en el juego directo de Fognini, que vuelve a forzarle el saque y se pone por delante al inicio del tercer set. Pero es Alcaraz el que ha triunfado dos veces en esta pista, el ganador de cinco Grand Slams, y cuando no hay tenis ni frescura, al contrario, aparece el bajón físico, hielo en cada intercambio de pista, pastillas de recuperación, hay paciencia y búsqueda de soluciones. Que las hay. Que por fin entra el saque, aunque sea al cuerpo, para mantenerse ahí, y suelta la mano a pasear, para las dejadas, que la derecha no está fina. Hay más cosas, y sobre todo, constancia, seguir a pesar de sí mismo. No es el de las tardes brillantes, ni mucho menos, porque cuesta un mundo sacar los saques adelante. Hay turno para ganar el tercer set y vuelve a apagarse. Fognini sigue, ligero. Alcaraz también, resoplando. Incluso le roba el protagonismo en los puntos de la magia y el revisionado, con el que se impulsa un poco más para mantenerse ahí a pesar de estar 3-5 y saque del murciano. Globos, dejadas, derechas a la línea, remates en escorzo, y punto de Fognini con aplauso de Alcaraz incluido a pesar de que el resultado es a la contra. Pero por fin ejerce de campeón cuando tiene que hacerlo y consigue levantarse de todas para atrapar también el tercer capítulo. Hay grito de alivio y rabia, porque la película no se ha acabado todavía.«Tiene tenis para jugar hasta los 50», admite el murciano, otra vez a remolque, otro ‘break’ abajo en el cuarto, exigido hasta un cansancio que no se esperaba y que no nota el italiano, 38 años, 34 grados y humedad londinense. Con tres horas y media de juego. En el primer partido de Wimbledon.Sigue ahí uno y sigue ahí el otro, que se niega Alcaraz a dejarse llevar por el aire triunfal del italiano e hincha el pecho cuando saca adelante su primer juego del quinto set y cuando rompe por fin al italiano. Un 2-0 con el que se le ven otra cara y otros gestos, pero que no le salva del sufrimiento. Incapaz de desbordar al italiano, fresquísimo, desde el fondo, apela el murciano a las dejadas para descentrar el punto de equilibrio del rival y de hincarle el diente a la edad para levantar otras dos bolas de rotura en el tercer juego. Sufre y sufre Alcaraz, pero ha sido un cambio de actitud, un grito de rabia, un vamos que un puño al aire, una sonrisa en el palco y un alivio que convierte en un 3-0 mientras la sombra se adueña de la pista. El sol ha hecho de las suyas en los dos tenistas, pero también en la grada y hay un parón de varios minutos hasta que atienden a un aficionado. Un parón que sentencia al italiano, al que se le ha cortado el timing y el que parece haberse refrescado es Alcaraz. Mucho más ligero, retuerce la pista a su favor para doblegar al italiano con otro ‘break’ y poner la directa, por fin primeros servicios, aces y derechas en condiciones, con los que firmar la primera victoria del torneo. Sufrida, exigida, cuatro horas y media y abrazo de honor y respeto en la red antes de resoplar de alivio, de cansancio, de un triunfo por humildad, por persistencia, por saber estar cuando no sale nada. La Catedral, rendida a Fognini en su despedida, de la pista, del tenis. Aunque sí, debería pensárselo.«No sé por qué se tiene que retirar porque el nivel que ha demostrado hoy es para seguir tres o cuatro años más. Wimbledon es especial. Puedo notar la diferencia con cualquier otro torneo. Tengo que mejorar, lo puedo hacer mejor, aunque creo que lo he hecho bien hoy», comentó el murciano, que se enfrentará en el siguiente encuentro al tenista local: Oliver Tarvet.