Golpe de realidad para el Athletic. El sueño de disputar la final de la Europa League en San Mamés queda sólo al alcance de un milagro después de la ida de las semifinales disputada ayer frente al Manchester United. Los de Rúben Amorim supieron aprovechar la expulsión de Dani Vivian y hacer valer su pegada para ganar 0-3 y prácticamente sentenciar la eliminatoria. Mucho tienen que rezar los de Ernesto Valverde, que habían puesto en la competición todas sus ilusiones de la temporada, para lograr darle la vuelta al resultado el jueves que viene en Old Trafford. Ya podía ser el día del Trabajador o el Aberri Eguna (día de la patria vasca) que ayer en Bilbao sólo se pensaba en fútbol. Ambiente de jornada grande en la Catedral, donde, como acostumbra, el Athletic salió a dominar y a imponer su ritmo frenetico a los ‘diablos rojos’. Algo que consiguió sólo al principio, estando a punto de adelantarse con varias ocasiones de Berenguer e Iñaki Williams. Las sensaciones eran buenas, pero todo cambió rápido, tornándose en una noche negra para los leones, marcada por una decisión arbitral.El United, que mira al título europeo como una última bala para aliviar su mala temporada en competición doméstica, trató de ralentizar el ritmo del partido. Y llegada la media hora, un Casemiro rejuvenecido lo conseguía de golpe, haciendo el 0-1 de cabeza tras una jugada individual con varios recortes de Maguire en línea de fondo. Sí, de Maguire. A partir de ahí se sucedió la catástrofe en cuestión de minutos. Penalti y expulsión para Vivian, clave en el centro de la defensa y que será baja en la vuelta, después de un ligero agarrón dentro del área. Doble castigo. Bruno Fernandes hacía el segundo con tranquilidad desde los onces metros y, con el Athletic grogui y más centrado en el árbitro que en mantenerse vivo en la eliminatoria, también el tercero ante la pasividad de los centrales rojiblancos. La debacle pudo ser mayor, pues el Manchester envío un balón al larguero antes de terminar la primera parte. Todo le salió a los visitantes. Nada a los locales, que en la segunda mitad únicamente pudieron aguantar el resultado con pundonor y que el fin de semana afrontan el derbi vasco ante la Real Sociedad. Delante tenían a un equipo con los deberes más que hechos, que corrió ningún riesgo para mantener una distancia inimaginada antes del partido y que aún pudo hacer más goles de no ser por las paradas de Aguirrezabala.
