Quizá fue una premonición el error del que hablaba Alexander Zverev sobre el sistema electrónico de canto de líneas. Para el alemán una decisión fue errónea, aunque el sistema es de normal fiable. Y para inmortalizar lo que indicaba como error, hizo una foto con el móvil. Quizá fue una premonición, porque una jornada después, no era solo el sistema electrónico de canto de líneas sino toda la Caja Mágica la que se sumía en el día apocalíptico: adiós a las luces, a los marcadores, a los micrófonos, a todo. «Vi que había algún problema y me di prisa en terminar mi partido. Menos mal porque pensé que tendría que aplazarse», explicaba Mirra Andreeva sin saber todavía el alcance del problema. La rusa terminó su encuentro contra Starodubtseva justo a las 12.31, apenas unos instantes después del apagón. De hecho, experimentó un último juego que no olvidará, pues el juez de silla cantó los últimos puntos a voz en grito y el speaker hizo los honores de la despedida de las jugadoras a pleno pulmón.Noticias relacionadas estandar No Sánchez aparece seis horas después, pide calma, no aclara la causa del apagón y «acepta» tomar el control de la crisis Mariano Alonso estandar No El gran apagón deja a los usuarios atrapados en el interior del metro de Sevilla Mario DazaNo tuvo tanta suerte Grigor Dimitrov, que vio paralizado su encuentro con un 6-4 y 5-4 contra Jacob Fearnley. Y se trasladó cierto desconcierto al resto de la sesión porque nadie podía informar sobre lo que iba a pasar a continuación ni cuánto duraría el corte de electricidad. «No he vivido nunca esto, claro, y es raro. Es también emocionante . Pero es duro para los jugadores porque tendrán que esperar a sus partidos cuando esto se recupere. Y espero que podamos salir, porque no me gustaría quedarme a dormir en el gimnasio», indicaba la jugadora, a la que la vivencia le estaba resultando incluso divertida. Al menos, en esas primeras horas. Porque quien más quien menos pensó que aquello sería pasajero. Incluso algo que solo sucedía en la Caja Mágica, pues algún apagón puntual acontece siempre en recintos de esta envergadura. Pero conforme pasaban los minutos, los móviles no reaccionaban y nadie parecía saber nada de dónde llegaba el problema, el runrún sobre un problema mayor se fue haciendo evidente. Mientras en la sala de periodistas se intentaba encontrar alguna comunicación con el exterior, y llegaban con cuentagotas los datos de que no solo era en Madrid, sino en toda la Península, los pasillos de la Caja Mágica seguían su ajetreo habitual. La zona comercial sí veía interrumpida su actividad al no poder iluminar sus productos y la zona de restauración ofrecer ni comida ni bebida.Mientras la realidad iba desplegándose por el resto de Europa, en la Caja Mágica se intentaba llevar la jornada con cierta tranquilidad. Hubo zona mixta con Coco Gauff también y como noAndreeva también le ponía la parte positiva al asunto, pues señaló que ella, que cumple este martes 29 de abril 18 años, apenas iba a echar de menos el móvil. Solo quizá para la linterna. Y apuntó: «Todo está superoscuro, pero también es divertido porque todos están hablando con todos, de alguna manera es muy amigable el ambiente». Un rayo de luz entre tanta oscuridad.
