
El Boca Juniors , gigante argentino, perdía en la madrugada de ayer por 2-0 al descanso contra el Newell’s rosarino. A los de la capital solo les valía la victoria para mantener la primera posición de la liga y Fernando Gago , su técnico, agitó el avispero del banquillo para intentar la remontada. El peruano Advíncula, ex del Rayo Vallecano, y el porteño Battaglia, que también pasó por el fútbol español de la mano del Alavés y el Mallorca, fueron los elegidos para cambiar el aciago destino del conjunto. Sin embargo, fue el tercer recambio el más elogiado por los seguidores xeneizes: el español Ander Herrera , que solo había disputado cinco partidos desde el pasado enero por diversas lesiones, volvía al ruedo. Felicidad fugaz en cualquier caso, pues solo duró cinco minutos sobre el verde del estadio Marcelo Bielsa.El talentoso centrocampista, que a sus 35 años ha defendido ilustres escudos como los de Zaragoza, Athletic, Manchester United o PSG, saltó al campo repleto de la misma ilusión que comparten todos los futbolistas que han sido maltratados por los problemas físicos. Pero, a los cinco minutos, notó un pinchazo en el cuádriceps , un navajazo que volvía a llevarle al lado más oscuro del deporte profesional. Se probó, intentó doblegar la realidad pese a que el daño ya estaba hecho. Inmediatamente fue sustituido y, nada más posarse sobre el banquillo, comenzó a llorar sin control mientas sus compañeros intentaban consolarle. Para colmo, instantes después, Cavani lanzó un penalti a la madera que hubiese dado alguna esperanza al Boca de remontada (el 2-0 se mantuvo hasta el pitido final). El drama de Ander Herrera ya era efectivo. Parece que al bilbaíno le han echado un mal de ojo pues, desde que abandonó la élite europea para saborear el efervescente y pasional fútbol argentino, como su amigo y compañero en el Athletic Iker Muniain , todo le ha salido del revés. Cuando aterrizó en Buenos Aires a mediados de enero, la afición del Boca le otorgó un estatus de ídolo, ya que el futbolista español, granjeado en los mejores clubes del Viejo Continente, suele ser un sinónimo de calidad diferencial en una liga donde abunda la bravura pero no el toque exquisito. Debutó el día 26 ante el Argentinos y dejó buenas sensaciones en los 65 minutos que disputó aunque el duelo se resolvió con un empate a cero. De hecho, ese mismo día comenzó su viacrucis, ya que no pudo llegar al pitido final debido a unas molestias. Ese percance le tuvo en la enfermería casi un mes, hasta que volvió a vestirse de corto el 26 de febrero ante el Aldosivi . Desde ese momento, encadenó cuatro encuentros consecutivos, un total de 257 minutos, donde no sumó ningún gol ni asistencia, que daban a entender que su bache ya estaba superado. Un nuevo percance en un entrenamiento le obligó a quedarse fuera de la convocatoria contra el Defensa y Justicia . Sin embargo, contra el Newell’s ya estaba a punto para proseguir su remontada. Pese a todo, en Rosario volvieron a hacer acto de presencia sus demonios.Noticia Relacionada FÚTBOL estandar Si La optimización de recursos del Valencia: un 12-1 contra el Barça y tres sancionados sospechosos antes del Bernabéu Daniel CebreiroDesde el Boca Juniors no saben qué le pasa exactamente, a qué se debe esta cascada de lesiones en un jugador que nunca ha tenido fama de tener músculos de cristal. «No tengo ni idea de la dolencia de su lesión, haremos las pruebas correspondientes y sabremos qué es lo que tiene», aseguró Gago en la rueda de prensa posterior al encuentro. El plan de los porteños es que Herrera esté disponible para el siempre trascendental enfrentamiento contra el River Plate , que se disputará dentro de 26 días. Un plan de recuperación que no ha tranquilizado a los aficionados del conjunto, que han perdido los nervios con la situación del español. Haciendo gala de su amplio repertorio en cuanto a insultos y provocaciones se refiere, los hinchas del Boca llenaron las redes sociales de críticas hacia el vasco. «Vieron que traer arruinados de 35 años a retirarse no es una buena idea» o «Échenlo a la mierda al roto este, dos semanas rascándose los ‘eggs’ para durar cinco minutos» fueron algunos de los dardos arrojados desde Twitter o Instagram . La prensa local, con palabras más comedidas, también duda entre la mala suerte y una fragilidad física del jugador que, sospechan, ya existía cuando su fichaje a principio de 2025.Es de sobra conocido que Ander, que ya había perdido protagonismo en el Athletic este curso, buscaba una aventura crepuscular para cerrar una gran carrera en la que había conquistado títulos como una Copa del Rey , una Europa League, dos ligas francesas o la FA Cup inglesa. Los rumores, a finales de 2024, apuntaban a que incluso podría unirse al Zaragoza , club en el que se formó y que desde hace meses vive una angustiosa situación en la Segunda división, constante su coqueteo con el descenso. Aun así, lo exótico acabó por convencerle y, en un movimiento relámpago, firmó por el Boca Juniors tras desvincularse de los vizcaínos.«Una vez que ya he cumplido algunos sueños como jugar en varios de los clubes más grandes de Europa, ganar algunos títulos, también representar a mi país… Me ha surgido la posibilidad de jugar para el Boca , que para mí es el más grande de Sudamérica, uno de los mejores del mundo, con una pasión incomparable, porque además de futbolista soy futbolero», aseguró el 24 de enero en su presentación. Las emotivas frases revelaban que para el mediocampista, unirse a los argentinos, era un sueño, cerrar el círculo que seguramente se inició cuando era un crío y blandía el azul y amarillo de los porteños o cuando era un adolescente y vio las infernales gradas de La Bombonera . «Quiero acabar mi carrera y poder decir que he sentido allí por donde he estado », explicó sin conocer que su futuro al otro lado del charco sería tan amargo, aunque su sueño aún no se ha roto del todo.